No obtuve ni piedra ni lodo,
en el empedrado camino oscuro
que esa noche me alojo
Mis pies cansados
se arrastraban lementablemente
como pidiendo ayuda.
Sin embargo
el inclemente sendero
no da tregua,
ya que si uno se detiene
queda completamente perdido
y abandonado
en la mas absoluta soledad
Donde la persepcion
cambia y ve
figuras imprecisas,
para asustar
a los viajeros incautos,
que se obstinan en llegar
a un destino incierto
que los seduce
por puro capricho
JOSELINE OSORIO ALBITER
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